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Los juguetes de Batman y Batman Returns |
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MUÑECOS PARA LA ETERNIDAD:
LOS JUGUETES DE BATMAN (1989) Y BATMAN RETURNS
Por Jorge González Román
Hace ya veinte años de la segunda ola de Batmanía. En 1989, Tim Burton nos ofrecía un Batman oscuro y tenebroso, como siempre debió ser, en abierto contraste con el Batman cómico y hortera protagonista de la primera Batmanía en 1966. Todos sabemos cómo aquella visionaria película de Burton se convertiría en una de las mejor vendidas de la historia del cine, con el mercado inundado de productos luciendo el signo del murciélago. Entre la marea de merchandising ocupan un puesto de honor los juguetes, que, por muy simples y rudimentarios que puedan ser, siempre despertarán gran interés entre los coleccionistas.
ToyBiz fue la primera compañía en poseer la licencia para producir juguetes basados en la película. Su línea de figuras articuladas es la más exigua de cuantas puedan verse, con sólo tres modelos distintos. Es muy curioso el caso de la figura de Batman, de la que, tratándose siempre del mismo modelo, llegan a producirse tres variantes que se diferencian únicamente en la forma de la barbilla; la cual puede ser redondeada, cuadrada o algo más realista y parecida a la del actor Michael Keaton.
La figura del Joker tiene una apariencia similar a la que el personaje luce en los comics, alto y delgado, no pareciéndose en nada al aspecto del actor Jack Nicholson en la película. El muñeco trae consigo un curioso mecanismo para lanzar agua a través de la flor de su solapa, en un original recurso que viene a paliar la auténtica zafiedad mostrada en la realización general de la figura.
El tercer modelo es el inesperado y delirante muñeco de Bob the Goon, uno de los secuaces del Joker en el film. En los extras del DVD de la película, el actor que lo representa, Tracey Walter, sonríe divertido ante la idea de verse inmortalizado en un muñeco que da patadas, con cuchillo incluido. Cabe recordar que todas estas figuras presentan un aspecto muy simplón y rudimentario, destacando la impresentable sonrisa boba del Joker.
El apartado de vehículos está algo más trabajado y contiene ejemplares muy divertidos, como la furgoneta del Joker, que lanza agua a través de un mascarón con la forma de su cara; y la moto-sidecar del Joker. La línea de juguetes de ToyBiz incluye también aparatosas imitaciones del Batmovil y el Batwing; y se complementa con un curioso playset de la Batcueva.
Ya en 1990, la compañía juguetera Kenner adquiere los derechos para producir figuras de la franquicia de Batman. Su primer lanzamiento será Batman: The Dark Knight Collection; línea basada, por supuesto, en la primera película. Esta colección de figuras compensa en cierto modo lo chapucero de la anterior línea de ToyBiz, con modelos más parecidos a los actores. Es notable el caso del Joker, del que por fin podemos disponer de un modelo con cierta similitud a Jack Nicholson, aunque tampoco esté demasiado logrado. Llegan a aparecer dos variantes: una con un equipo de “escape aéreo” y la otra con un instrumento en forma de guante de boxeo, inspirado en los artilugios cómicos que el Joker usa en el film.
En cuanto al caso de Batman, se inicia aquí la costumbre de producir ingentes cantidades de variantes con infinidad de uniformes diferentes para el personaje. La originalidad va a brillar por su ausencia, ya que todas las versiones se diseñan a partir de un mismo modelo pintado de formas distintas. La decepción es mayor al advertir que ni siquiera ese modelo supone una novedad, ya que se trata del mismo que se empleó para la colección Superpowers, basada en la vieja serie de animación que reunía a todos los héroes de DC. Por si esto fuera poco, el despropósito se completa con el hecho de que algunos de los accesorios que acompañan a las figuras son reutilizaciones de elementos ya vistos en líneas de juguetes totalmente ajenas, como Robocop o Silverhawks.
Entre la ingente cantidad de modelos, el más fiel al vestuario de la película es Crime Attack Batman, completamente negro y acompañado de unos sencillos artilugios. Shadow Wing Batman, con los brazos abiertos extendiendo la capa, pretende evocar esa clásica pose del Señor de la Noche, aunque con un resultado algo ridículo. El único elemento realmente innovador es el muñeco de Bruce Wayne transformable en Batman, precursor de un modelo que se convertirá en un clásico en todas las líneas de juguetes de Batman que fabrique Kenner a partir de ahora. Además, llegan a aparecer hasta veinte variantes más, ya demasiado infantilizadas y de escaso interés.
El apartado de vehículos mejora también con respecto a lo realizado por ToyBiz, con modelos algo más refinados y no tan rudimentarios. Podemos encontrar el clásico Batmóvil, con lanzador de misil; el Batwing, convertible en otros vehículos; y el Batcóptero, basado en el empleado anteriormente para Superpowers. Es de destacar la delirante moto chopper para el Joker, que podríamos calificar de concepto novedoso e interesante si no estuviera calcada de un elemento ya visto en la línea de juguetes de Robocop.
Tendrán que pasar dos años para que en 1992 la Batmanía se expanda con la aparición en los cines de la segunda parte de la saga: Batman Returns. Oscura y retorcida, elevado exponente del talento de Tim Burton, no llega a ser bien entendida por el gran público y su recaudación en taquilla es bastante menor que la de su predecesora. Sin embargo, las ventas de merchandising relacionado con Batman no decaen, y Kenner llega con una nueva hornada de figuras y vehículos para cubrir la demanda. El principal interés estriba ahora en descubrir cómo serán representados los dos villanos del film, El PingÜino y Catwoman. En el caso de Catwoman, nos encontramos con un modelo bastante fiel a lo visto en la película, con el memorable traje negro en retazos de Michelle Pfeiffer acompañado de un látigo y una especie de garra retráctil.
Sin embargo, lo esmerado e innovador de esta figura va a contrastar con el decepcionante caso de El Pingüino, que viene a ser ya de auténtico derribo. Nuevamente, Kenner vuelve a las andadas y emplea el modelo del personaje en la colección Superpowers, repintado para la ocasión con colores oscuros para adaptarse algo más a la visión de Burton. El resultado final es similar al de los comics, sin absolutamente nada que ver con el siniestro Hombre-Pájaro que Danny DeVito representa en la gran pantalla con el nombre de Pingüino. Para compensar este incomprensible alejamiento de lo visto en el film, sale a la venta el más delirante componente jamás visto en una línea de juguetes de Batman... ¡El Penguin Commandos! En efecto, se trata de dos pequeños pingüinos a los que podemos armar con sus cohetes, tal y como aparecen al final de la película. Podemos imaginar el estupor de los coleccionistas de la época, y también lo extraño que pudo resultar para los niños el poner a luchar a su figura de Batman contra sus pequeñitos pero no menos malvados enemigos.
Los elementos extraños de esta línea no terminan aquí, y es que durante la preproducción de la película corre el rumor de que Tim Burton podría plantearse usar a Robin en esta ocasión. Ni corta ni perezosa, Kenner se decide a producir una figura del personaje para la línea de Batman Returns. El resultado es bastante bueno, con un modelo basado en el por entonces nuevo diseño del uniforme en los comics, creado por Neal Adams para Tim Drake, el tercer Robin. Sin embargo, no deja de ser de lo más bizarro el hecho de imaginarse un Robin con un traje tan colorista en el tenebroso mundo de grises que Burton ha creado para este film.
En cuanto al caso de Batman, las cansinas costumbres de Kenner siguen presentes, usando de nuevo el mismo modelo de la línea de la película anterior, a su vez calcado del de Superpowers. Por si fuera poco, aparecen algunas variantes exactas a otras del film anterior, como las mencionadas Crime Attack Batman, Shadowblast Batman o la correspondiente figura de Bruce Wayne transformable. Existen aquí también gran cantidad diversidad de muñecos con trajes chillones, algunos intentando evocar algo de lo aparecido en la película. Por ejemplo, un irrisorio uniforme blanco que responde al nombre de Arctic Batman, en una vaga referencia al Mundo Ártico, el parque de atracciones en que se refugia el Pingüino.
En el apartado de vehículos, podemos encontrar de nuevo un aceptable Batmóvil, similar también al de la línea de la película anterior. En este caso, se ofrece una variante del vehículo llamada Camo Attack Batmobile, que resulta no ser más que el propio Batmóvil decorado con camuflaje militar, con una apariencia de lo más estúpida.
Más interesantes son el Batmissile y el Batskiboat, ambos basados en vehículos aparecidos en el film. El primero es el Batmóvil desprendido de sus partes laterales y convertido en una especie de cohete con ruedas, y el segundo el vehículo acuático-terrestre que usa Batman para desplazarse por las alcantarillas. Ambos se muestran bastante fieles a lo visto en la película, con un resultado muy logrado que los convierte en las estrellas de la línea.
Se crean también vehículos para otros personajes de los que existen figuras. Robin, aunque desubicado, no podía dejar de tener su propio vehículo, que será en esta ocasión una especie de sencilla moto de agua. Por último, el Umbrella Jet de El Pingüino es un bizarro avión que lanza paraguas, que lleva a pensar en por qué, en vez de esto, no aparece lo mostrado en el film. En este caso, el original vehículo en forma de pato que usa el personaje habría resultado mucho más curioso e interesante.
Para concluir, se ha de aclarar que hablamos de una época en que la excelencia y calidad de líneas de juguetes como la de Batman: The Animated Series aún no podía atisbarse en estas otras producciones, aunque no fueran tan distantes en el tiempo. Los diseños de los que hemos tratado son en su mayoría muy primitivos y rudimentarios, pero ello no es obstáculo para despertar el interés de los coleccionistas por los artículos de un tiempo en que el interés general por Batman era enorme, difícil de repetir. Además, es seguro que estos juguetes acompañaron los sueños de muchos pequeños fans que hoy, ya crecidos, pueden seguir disfrutando de grandes producciones cinematográficas sobre el personaje. Así es como percibimos lo atemporal y universal de la capacidad de fascinación que ejerce la leyenda de Batman. Y nos hace pensar que tal vez sea eterna.
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