Rienda suelta a la demencia:
El Sombrerero Loco
Por Jorge González Román
Aunque habitualmente es considerado un villano menor, no puede dejarse de lado el componente sádico y cruel siempre latente en la profunda locura que envuelve a Jervis Tetch, también conocido como el Sombrerero Loco. Autores recientes de los comics de Batman, como Greg Rucka y Ed Brubaker, muestran su interés por el insondable pozo de locura que para ellos es el personaje; destacando sus siniestras obsesiones infantiles y su peculiar aspecto, inquietante por extraño e inesperado.
Pero hemos de recordar que el Sombrerero ha recorrido un largo camino hasta llegar a este punto. En su primera aparición en los comics, nos es mostrado como un típico villano ridículo de la época. En 1948, en Batman nº49, Bill Finger nos relata cómo el gran objetivo en la vida del personaje es robar sombreros para aumentar su enorme colección. Sin embargo, el mayor interés de esa historia reside en la primera aparición de una de las más conocidas novias de Batman, la periodista Vicky Vale. Así pues el Sombrerero pasará bastante desapercibido, quedando como un elemento muy secundario en la historia. En 1956 un impostor pretende hacerse con el papel del Sombrerero Loco en Detective Comics nº230, pero fracasará inevitablemente en su intento de suplantar a Jervis Tetch. El personaje aparecerá también en la serie de televisión cómica de Batman de los años ´60, interpretado por David Wayne en una caracterización en línea con lo visto en el cómic.
Hasta la década de los ´80, el Sombrerero Loco permanecerá como uno de los villanos de tercera de Batman, ridículo y estúpido. En 1987, Mike Barr y Alan Davis van a encargarse de convertirle en alguien más interesante y amenazador. La excelente etapa de estos dos autores al frente de Detective Comics incluirá una aparición del personaje en el nº573 de la colección. Lejos de su anterior modus operandi, será mostrado aquí como un villano potencialmente letal, hiriendo gravemente a Robin y secuestrando al presidente de Empresas Wayne, Lucius Fox.
A partir de ahora, podremos ver cómo el Sombrerero va a representar una amenaza a tener en consideración por Batman, en buena parte debido a su nuevo modus operandi basado en el control mental. Generalmente, Jervis Tetch usará complejos circuitos electrónicos implantados en sombreros que le permitirán controlar la voluntad y los actos de sus víctimas o de sus propios hombres. Es así cómo, quien se halle bajo la influencia de uno de esos sombreros ve anulada su voluntad, dando lugar a inesperadas y en ocasiones siniestras consecuencias.
En los primeros años de la continuidad batmaniana, podemos ser testigos de una excepcional demencia en los actos del villano. Jeph Loeb y Tim Sale firman la que posiblemente sea la mejor historia del personaje en uno de sus habituales especiales de Halloween. Se trata de Locura, de 1995, recopilado posteriormente en el tomo Haunted Knight. En este relato, incluso Batman se muestra inquieto por lo sórdido de la actuación de Jervis Tetch, pues la obsesión del villano con Alicia en el País de las Maravillas llega al nivel de hablar usando continuamente frases del cuento. Jervis pretende reconstruir la escena del té del cuento de Lewis Carroll en una siniestra mansión abandonada, con él mismo actuando de Sombrerero, claro está. Y para tener consigo una perfecta Alicia, recurrirá al secuestro de la mismísima Barbara Gordon, la sobrina del futuro Comisario, recién adoptada por éste por aquel entonces. El interés de la historia aumenta si tenemos en cuenta que el cuento de Alicia es uno de los pocos recuerdos felices que guarda Batman, quien se muestra afectado por esta perversión de un recuerdo infantil; y decidirá tomarse el asunto como algo más personal. Además, el acertadísimo diseño del villano por parte del genial dibujante Tim Sale, sumado a su oscura recreación de una muy sombría Gotham, completan los elementos que hacen de ésta una gran historia.
Los mismos autores nos presentarán a un Sombrerero muy similar en El Largo Halloween y Dark Victory, aunque ahora con escasa relevancia en el relato.
Puede verse al villano también en Robin: Año Uno, donde Dick Grayson abordará con éxito uno de los primeros desafíos de su carrera como ayudante de Batman. Vemos aquí cómo la obsesión de Jervis Tetch por el cuento de Lewis Carroll puede orientarse hacia las más diversas actividades delictivas. En esta ocasión, un dictador extranjero pretende hacerse con un harén de bellas adolescentes, y para conseguirlo no duda en contratar las peligrosas habilidades del Sombrerero. Éste usará sus dispositivos de control mental para secuestrar a numerosas adolescentes a las que luego convertirá en preciosas “Alicias”, dispuestas a satisfacer los deseos del dictador. Cuando una de las chicas resulta ser compañera de Dick Grayson, Robin acudirá para salvar la papeleta, lo que demuestra que, en esta ocasión, el guionista Chuck Dixon ha optado por una caracterización más suave del villano.
En las grandes sagas de los años noventa, el Sombrerero no puede por menos que estar presente como uno más de los clásicos de la galería de villanos de Batman. Cuando Bane libera a todos los internos de Arkham, el Sombrerero Loco es el primero en plantar cara al Caballero Oscuro. Jervis organiza una clásica reunión del té para convocar criminales controlados mentalmente, intentando así doblegar a Batman cuando éste aparezca. La amenaza no supondrá mayor problema, y el principal interés de la historia reside en presenciar cómo a través de un dispositivo de control del villano puede oírse a Bane matando a Film Freak, enviado a investigar por el propio Tetch.
En la saga Aftershock, después de Cataclismo, el Sombrerero Loco volverá a dar problemas con sus dispositivos de control mental, aunque será neutralizado fácilmente. Tras la fuga masiva de Arkham en los prolegómenos de Tierra de Nadie, Tetch intentará controlar una parte de Gotham, como muchos otros villanos. La intervención de Superman, de visita por la ciudad en ruinas, frustará rápidamente su empeño.
Así pues, Jervis Tetch ha sido representado en esos años como un villano a tener en cuenta, pero ni mucho menos como uno de primer orden. Eso va a cambiar con la intervención del genial guionista Greg Rucka, que le dedicará un arco argumental dentro de su exitosa etapa en Detective Comics. En los números 757-759 de la serie, Tetch consigue poner en jaque la seguridad de la ciudad entera. El villano usa sus dispositivos de control mental para inducir a muchos agentes de policía a cometer actos delictivos, en una de las más peligrosas y potencialmente letales actuaciones en su carrera como villano. Su nivel tecnológico progresa cada vez más y en esta ocasión abandona los habituales sombreros para colocar los circuitos en las tarjetas del café de los policías. Tras Juegos de Guerra, dará un nuevo paso adelante en el asunto, implantando el dispositivo directamente por vía intracraneal a Killer Croc.
No podemos olvidar la presencia de este villano en otras versiones de Batman para distintos medios, sobre todo en la excelente serie de animación de los noventa. Pueden encontrarse aquí algunas de las mejores historias jamás realizadas sobre el villano, con una caracterización muy acertada que no deja de lado sus inquietantes obsesiones y delirios. “Loco como un sombrerero” es el episodio del que se toma la idea para la posterior historia del comic Locura, de la que hemos hablado anteriormente. En esta ocasión, es la propia secretaria de Jervis Tetch la que es secuestrada para actuar como la perfecta Alicia dentro del mundo de locura que ha construido el Sombrerero. Se nos muestra aquí al villano con un toque marcadamente histriónico y bufonesco, pero a la vez inquietante y, para Batman, potencialmente letal.
Posteriormente, se otorgará a Jervis Tetch el privilegio de invitado de honor en uno de los más geniales episodios de toda la serie. En “Quizás fue un sueño”, el Sombrerero pretende usar sus artilugios de control mental para indagar en los sueños de Batman, de manera que éste se ve envuelto en una realidad paralela en la que Batman es otra persona y sus padres aún siguen vivos. Nos encontramos así con un excelente capítulo que destaca por su gran carga emocional, pudiendo ver al Caballero Oscuro sumido de lleno en sus traumas y conflictos internos. Jervis Tetch realizará otra aparición importante en “Los hombres preocupados”. Esta vez, en vez de sombreros, empleará pequeños muñecos con sus habituales dispositivos de control mental, en un intento de dominar la voluntad de algunos de los más acaudalados empresarios de Gotham City.
En lo que respecta al cine, el Sombrerero Loco aún no ha sido llevado a la gran pantalla. En la época actual, se hace impensable su aparición en la saga de films de Batman de estilo realista que el director Christopher Nolan está llevando a cabo, debido a las peculiares características del personaje. Sin embargo, el villano pudo llegar a aparecer en la saga de películas de los ’90. Antes de que la nefasta Batman y Robin echara todo por tierra, existía un proyecto sobre un quinto film de Batman para el año 1999, tentativamente titulado Batman Triumphant. Aquí, el Sombrerero haría una pequeña aparición dentro de las alucinaciones que Batman sufriría debido al gas del miedo del Espantapájaros. Habría resultado interesante comprobar el aspecto del personaje en imagen real, aunque, con tan poco tiempo en pantalla, es difícil que la caracterización hubiese estado a la altura de su contrapartida en el comic.
Así pues, guste más o menos, no cabe duda de que el personaje goza de un puesto fijo entre los clásicos de la quizá más perfecta galería de villanos del mundo del comic. La inquietud que despierta su extraño y demente modus operandi es sin duda el factor que lo hace más interesante, compensando con creces su evidente falta de presencia física. Si su profunda obsesión es lo que le hace único, no cabe duda de que el personaje está en el lugar indicado. Y es que, de obsesiones, el Caballero Oscuro entiende un rato.