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MAN-BAT: EL HOMBRE QUE QUISO SER BATMAN

 


 

Por Juan Rodríguez Millán

 


 

Parece fácil crear un personaje con base en el murciélago opuesto al de Batman. Si éste es un hombre que se viste de murciélago, la nueva creación sería un murciélago con forma humana. Si Batman es el héroe, Man-Bat sería el villano. ¿Fácil? No, no lo es. Si no, no habría tardado 31 años en llegar a este universo del Señor de la Noche. Man-Bat no podía ser un simple enemigo más del héroe de Gotham. No. Debía ser una figura trágica, alguien que quería emular a Batman pero que perdió el control. Alguien que tenía en el Caballero Oscuro un héroe y un modelo, alguien que quiso tener los poderes de Batman para ayudarle en su lucha contra el crimen, pero que puso en peligro todo lo que amaba, sobre todo a su familia. Y aunque parezca un personaje fantástico que no termine de encajar en el Gotham más realista, lo cierto es que tiene un digno origen, un más que correcto desarrollo y algún que otro momento cumbre en su carrera.

Sólo con decir que Neal Adams es su creador, Man-Bat ya merece atención. Adams ya había ofrecido su visión de Batman en The Brave and the Bold cuando dio el salto a Detective Comics. Una vez allí, y después de formar un irrepetible dúo con Dennis O’Neal, se lanzó a proponer una historia a Juluis Schwartz, una historia con Man-Bat como protagonista. “Julie, sabes que, tarde o temprano, esta idea se le ocurrirá a alguno de los de Marvel. Le pondrán cara y ojos y la sacarán al mercado para fastidiar a DC”, le dijo el dibujante al entonces editor de los títulos de Batman. Y eso fue más que suficiente para convencer a Schwartz para apostar por el nuevo personaje. Adams dejó el argumento en manos del guionista Frank Robbins para que desarrollara la historia.

 

 

Y ésta se publico en el número 400 de Detective Comics, publicado en junio de 1970- Vemos el origen del personaje, en una historia titulada El desafío de Man-Bat. Kirk Langstrom, científico del Museo de Historia Natural de Gotham, ha desarrollado un suero capaz de dar a un hombre las habilidades físicas del murciélago y lo prueba en sí mismo. “¡Lo he conseguido! ¡Poseo las cualidades naturales de los murciélagos!”, dice Langstrom al comprobar que puede avanzar en la oscuridad sin tropezar con objeto alguno o que su oído se ha desarrollado hasta ser capaz de escuchar el más ínfimo sonido que se produzca en la sala. Pero el suero tiene efectos secundarios y el aspecto de Langstrom cambia hasta convertirse, poco a poco, en un ser más parecido a un murciélago que a un hombre.

 


 

En las primeras historias, las dibujadas por Neal Adams, es donde se forja el carácter trágico del personaje, el que hace que funcione a la perfección como némesis del Señor de la Noche. Langstrom quiere emular a Batman y combatir el crimen, y aunque lo consigue en su primera aparición, el suero provoca que el hombre se vea dominado por los instintos animales y es inevitable enfrentamiento contra el héroe. En el número 407 de Detective, Adams y Robbins dan un paso más en la tragedia: Kirk acaba convenciendo a su prometida, Francine, de que le ofrezca la “prueba de amor definitiva”, que ella también tome el suero y se convierta en murciélago para poder estar juntos para siempre. Al final de la historia, Batman consigue que los dos tomen el antídoto y pongan fin a su pesadilla. Pero ese no será el final de la odisea de los Langstrom, obviamente.

 
 

Man-Bat se convirtió en un personaje muy popular en los años 70, hasta el punto de ser uno de los protagonistas recurrentes de la serie Batman Family. Es en sus páginas donde se produce el nacimiento de Rebecca, la hija de Kirk y Francine. En esta etapa, Kirk Langstrom controla al murciélago y se convierte en un luchador contra el crimen en la ciudad de Nueva York, alejado del Gotham que le vio nacer. Eso sí, trabaja por el dinero de las recompensas. Historias muy propias de los 70, pero que desaparecieron con el fin de esa década. En los 80, Man-Bat entró en un círculo vicioso. Cada vez que aparecía, el guión era básicamente el mismo: Langstrom volvía a tomar el suero, Man-Bat perdía el control y había enfrentamiento con Batman. Más de una vez visitó la Batcueva en ese empeño. Nada demasiado original

 


 

En 1996 el personaje recibió una vuelta de tuerca dentro del universo Elseworlds , el que coloca a los miembros del universo DC en otros tiempos y otros lugares. Y para darle mayor realce a esta miniserie, cabe recordar que Man-Bat es uno de los pocos personajes secundarios del universo de Batman, junto al Joker y Catwoman, que ha prestado su nombre a un título de esta colección. Jaime Delano, con John Bolton a los lápices, coloca a Langstrom apartado de la sociedad y experimentando para crear seres como él que acaben dominando el mundo por encima del hombre. Este Man-Bat posee todas las cualidades físicas del murciélago, pero mantiene la inteligencia del ser humano, convirtiéndose en una auténtica amenaza para la supervivencia del homo sapiens sobre la faz de la tierra.

 


 

Otra historia positiva es la recreación del origen de Man-Bat que hicieron 1998 el guionista Chuck Dixon y el dibujante Quique Alcatena. La última y más interesante aparición del personaje fue de la mano del guionista Grant Morrison. Talia, la hija de Ra’s Al Ghul, suministra el suero de Man-Bat a un ejército de sus secuaces, con el objetivo de conquistar nada menos que Gibraltar, una “debilidad” de Ra’s según explica la hija del Demonio. Pero aquí Langstrom no es ninguno de los numerosos Man-Bats que se pueden ver, sino que ayuda tanto a Batman como al ejército británico para acabar con las réplicas del ser que creó Talia. Apenas se ve a Langstrom en una página de la historia.

 


 

La importancia del personaje es mayor de la que creen muchos aficionados, e incluso muchos de los creadores que se han encargado de él a lo largo de las cuatro últimas décadas. Cuando hubo que buscar un villano para el episodio piloto de la serie de animación de los años 90, los productores pensaron en Man-Bat. Con alas de cuero es quizá el episodio con mejor animación de toda la maravillosa serie, un formidable tour de force visual que sentó las bases del oscuro universo que crearon Bruce Timm y compañía. Para dar voz a Kirk Langstrom se optó por un actor muy conocido, Marc Singer, protagonista de la serie V y de la película El señor de las bestias. A pesar de su gran irrupción en los mitos animados de Batman, el personaje sólo volvería a aparecer en dos ocasiones en la serie. Y el relanzamiento de la misma, con nuevos diseños, ignoró por completo a Man-Bat.

 


 

En la más moderna The Bat-Man, el personaje modifica su naturaleza y se convierte en un villano puro, pero pierde por el camino la esencia que hizo de él un personaje interesante desde sus inicios. No hay tragedia en el nacimiento de este Man-Bat, ni tampoco intención de imitar al héroe más que en la copia de las propiedades físicas del murciélago. El único objetivo de Langstrom en esta versión es ser como Batman para “ser temido”. Una versión bastante más pobre que la original del cómic y la vista en la serie anterior. La voz del personaje corre en esta ocasión a cargo de Peter MacNicol, conocido por su papel en la serie Ally McBeal. El personaje no ha dado el salto al cine. En el realista universo que Christopher Nolan ha trazado con Batman Begins y El Caballero Oscuro no parece tener cabida, pero ¿quién sabe? Quizá el futuro nos depare un espectacular Man-Bat digital en la gran pantalla.



 
   
 

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