HUGO STRANGE: ¿QUIÉN CONOCE LA MENTE DEL MURCIÉLAGO?
Uno de los puntos fuertes de Batman es la marcada psicología del personaje y su mundo. Por eso, en su galería de villanos es imprescindible contar con un experto en este campo. Hugo Strange es el llamado a ocupar ese lugar, aunque no siempre fue así. De hecho, el profesor Strange ha tenido una particular historia, llena de muertes y resurrecciones. Fue uno de los primeros villanos en medir sus fuerzas con las del Señor del Noche, pero pasó largas décadas en blanco, escondido en un cajón de DC Comics a la espera de que un guionista con talento volviera a acordarse de él para convertirle en el enemigo psicológico perfecto para Batman.
Bob Kane y Bill Finger introdujeron a Hugo Strange en febrero de 1940, en el número 36 de Detective Comics, apenas nueve números después de que el mundo viera a Batman por vez primera. Strange se presentaba como un científico que, tras huir de la cárcel, experimentaba en sus antiguos compañeros de celda un extracto que acelera las glándulas del crecimiento, creando monstruosos gigantes que servían a sus propósitos. Aquella historia, de apenas doce páginas, tenía la particularidad de que Strange parecía morir, cayendo por un acantilado, ¡¡¡a las siete páginas de su propio debut!!! El nuevo personaje tenía una efímera vida, sin visos de volver a las páginas de Batman.Y así permaneció, en el olvido, durante tres largas décadas.
Ningún editor o guionista se acordó de Hugo Strange hasta los años 70. Hasta que Steve Englehart y Marshall Rogers devolvieron a Batman al lugar oscuro, intenso y dramático que nunca debió abandonar. Y Hugo Strange era un oponente ideal para historias con ese tono. Al parecer, aquella caída no mato a Strange, quien tras unos años en Europa decidió volver a Gotham para vengarse del Señor de la Noche. Allí, ocultando su identidad, crea una clínica para millonarios en la que les convierte en esclavos sin mente. Así consigue averiguar la identidad secreta de Batman. Sus tratos con el mafioso Rupert Thorne acabaron con una muerte más de Strange y dieron juego a los guionistas para que lo que parecía ser el fantasma del doctor atemorizara a uno de los señores del hampa gothamita.
Aquellos años dieron al personaje popularidad, pero no llegó ni mucho menos a convertirse en uno de los villanos más utilizados de Batman. Hubo que esperar hasta comienzos de los años 90 para que Strange consiguiera el status de calidad del que hoy disfruta. Los responsables, el guionista Doug Moench y el dibujante Paul Gulacy. Ambos se encargaron de devolver a Hugo Strange a la continuidad del universo DC en la tercera saga de Legends of the Dark Kngiht. Presa convirtió a Strange en un eminente psicoanalista al que el alcalde de Gotham contrata con el fin de capturar a un Batman principiante.
Pero Strange tiene, claro está, un lado oscuro. “Batman... Su psique... Es casi una obsesión para mí”, llega a confesar. Esa obsesión llega hasta límites que nadie sospecha en público. Strange quiere, en realidad, ser Batman o, al menos, su igual psicológico, ya que sabe que el físico le aleja del Señor de la Noche. Strange también parece morir al final de esta saga, pero, como sabemos, si algo caracteriza a este personaje es su enorme habilidad para regresar de entre los muertos. ¿Y quién mejor que quienes le habían reintroducido en los mitos de Batman para recuperarle?
Once años después de Presa, Moench y Gulacy escribieron una nueva saga con Strange como protagonista: Terror. Y esta vez le aliaron con el otro villano capaz de profundizar en los aspectos más psicológicos de la lucha contra el crimen de Batman, el Espantapájaros. Para variar, Strange aparentemente muere al final de esta historia. Pero, ya acostumbrados a sus regresos, sólo cabía esperarlo. Strange tiene un papel en las macrosagas más recientes de DC, que culminan en Crisis Final, aunque alejado de sus momentos más gloriosos en la historia del universo de Batman.
Mucho más interés tienen la miniserie sobre el personaje escrita y dibujada por Matt Wagner en 2006, Batman y los hombres monstruo. Wagner recrea aquella primera historia de Hugo Strange, la que vio la luz en 1940. Así, la historia recupera el interés de Strange por la ingeniería genética por encima de la afinidad psicológica para con Batman. Y en el enfrentamiento con sus monstruos es cuando nace la admiración por el héroe. “Imagina lo que podría a hacer con el ADN de un hombre como ese”, dice. Y he aquí la excepción que confirma la regla: en esta historia, Strange no muere. De hecho, el final se puede entender casi como un enlace con lo que se cuenta en Presa.
En el terreno audiovisual, Hugo Strange no ha tenido todavía suerte. No ha llegado a aparecer en ninguna de las películas que se han rodado de Batman, aunque podría encajar perfectamente en el universo realista que ha creado Christopher Nolan en Batman begins y El Caballero Oscuro. En las dos últimas series de animación sí ha tenido cierto protagonismo. En la primera, la clásica de los 90, apenas sí se le vio en un episodio, y no se puede decir que Strange fuera uno de los villanos mejor interpretados en esta serie. Se trató de retomar la clásica historia del cómic en la que intenta vender a otros enemigos de Batman el nombre del alter ego del héroe de Gotham, pero no fue, ni mucho menos, uno de los mejores episodios.
En la más reciente The Batman, Strange protagoniza más episodios y de mayor carga argumental y psicológica. Y cuenta, en su versión original, con un aliciente más. Su voz es la de Frank Gorshin, el mítico Acertijo de la serie de Batman de los años 60. Gorshin, no obstante, sólo pudo doblar la primera aparición de Strange. Su muerte, el 17 de mayo de 2005, le impidió seguir desarrollando el papel. Ni siquiera pudo ver el estreno de su último papel. En los episodios de las siguientes temporadas le sustituyó Richard Green. Esa es, hasta ahora, la última encarnación de Hugo Strange. Pero seguro que no será la última. El duelo psicológico con Batman da demasiado juego como para que no se aproveche en el futuro a un personaje con tanta fuerza.
Por Juan Rodríguez Millán